Descripción del proyecto
Para aquellos que hemos tenido la suerte de conocer a nuestros bisabuelos, sabemos lo especial que ha sido y es en nuestras vidas. Creo que la palabra es TERNURA. Cierro los ojos y me vienen imágenes de la infancia, una suaves manos acariciándome con una sonrisa perenne, y unos brazos siempre abiertos para abrazar. Recuerdos que el tiempo va destilando y me quedan los retratos de aquellos tiempos para seguir poniendo cara a esas personas tan queridas.
Sara (una de las nietas) me llamó para realizar esta sesión. Era el cumpleaños de la abuela, 88 años. Llegué temprano, antes que las nietas. La pareja me esperaban en su casa ya arreglados y expectantes. Me explicaron anécdotas del pasado, de lo que avanza la tecnología, todo ello de forma pausada, relajada… me transporté a mi infancia. Y entonces llegaron los peques con sus mamis y ahí empezó la «fiesta».
A veces no hace falta buscar un momento especial para realizar una sesión, solo hace falta parar y pensar que recuerdos quiero tener en el futuro.