Reivindicando el fotografo boda profesional

El denostado oficio de fotografo boda es mucho más que hacer fotografías para luego venderlas como si de un fotomatón se tratara. El  fotografo boda es un artista, y como a tal hay que tratarlo. 

Seguro que hemos oído multitud de veces expresiones como “es fotógrafo, tiene buena cámara” o “el reportaje boda ya me lo hace un amigo que tiene una cámara cara”. Es como si cualquiera fuera fotógrafo por el simple echo de tener una buena cámara. Seguro que a nadie se le ocurriría pensar “es un gran escritor porque tiene un buen ordenador” o “una buena máquina de escribir”.

Si que es cierto que las nuevas tecnologías han hecho que casi todo el mundo pueda acceder al mundo de la fotografía de una forma sencilla. Todos somos “fotógrafos” en el momento que sacamos nuestra cámara (réflex o compacta), e incluso nuestro móvil, para captar esos momentos cotidianos que nos rodean.

¿Cuántas instantáneas paralelas hace el público en bodas … al margen del que hace el fotografo boda contratado por los novios? La respuesta es clara: ¡innumerables! Y algunas de gran calidad, hay que admitirlo.

Que el público se decante por fotógrafos amateurs o aficionados, hay que mirarlo desde varias perspectivas o puntos de vista. Esta decisión puede tomarse en base a:

  • Temas económicos. Ahorrarse un dinero siempre es bien venido. Pero a veces no se valora lo que esto implica en conceptos como la calidad del trabajo final.
  • Cansancio de la fotografía tradicional. El posado, los reportajes tradicionales,… generan un hastío a la hora de plantearse la contratación de un fotografo boda. La fotografía espontánea del público general ha desbancado a la fotografía tradicional.
  • No valorar la belleza de un trabajo profesional. Creerse que una cámara fotográfica lo hace todo y que cualquiera puede hacerlo es un error muy común.

 

fotografo boda

La reinvención del fotografo boda

Pero entonces ¿qué diferencia al fotografo boda profesional del fotógrafo amateur o del simple aficionado a la fotografía? ¿Es el fotografo boda una especie en extinción?

Podemos decirlo con rotundidad: ¡el fotografo boda no es una especie en extinción!

Los nuevos retos a lo que nos enfrentamos han de ser una oportunidad para reivindicar nuestra profesión, para mejorar y para romper esos estereotipos que nos lastran. Otro tipo de fotografía existe. El foto-reportaje de boda o el documental de boda es la otra alternativa, pero eso si, desde una perspectiva profesional.

A continuación os muestro las diferencias que considero que aporta el fotografo boda, de los que apostamos por una fotografía diferente, los que apostamos por que tengas TU reportaje boda, un reportaje irrepetible y único.

La actitud del fotografo boda

El fotografo boda es un apasionado de su profesión. No basta con captar imágenes. Se han de cazar emociones, sensaciones y sentimientos. Cada fotografía será un homenaje y todo el conjunto será una obra única. La visión que tiene el fotografo boda no existe en el resto de miradas que fotografían ese instante.

La libertad de movimientos del fotografo boda le permite captar momentos mágicos más allá de donde se supone que están, hacer protagonista a cualquiera que esté en escena y dar una perspectiva diferente de cualquier momento. Con un poco de psicología, el fotografo boda saca mucho más partido de las personas, del entorno y de las situaciones que cualquier otro fotógrafo aficionado.

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La técnica del fotografo boda

El fotografo boda ha de tener un completo e indiscutible dominio de la técnica fotográfica (la composición, profundidad de campo, iluminación,…), ha de dominar la técnica intrínseca de su cámara (las miles de funciones que el software ofrece) y ha de dominar todas las técnicas de laboratorio, de edición y de composición posteriores, pero además todo ha de ir supeditado a la técnica propia del fotografo boda para crear momentos por encima del simple acto de “apuntar y disparar”.

El material y la formación del fotografo boda

La inversión que unfotografo boda puede llegar a realizar en material puede alcanzar tranquilamente los 10.000 €: cuerpos de cámara, objetivos, grandes angulares, flaxes… Elevada inversión para un fotógrafo amateur o aficionado, que puede que en la comparativa de una foto no se note este diferencial, pero que a bien seguro que se nota en el conjunto de todo un trabajo. Los equipos profesionales pueden llegar a captar luces y momentos que pasan desapercibidos para el ojo humano y también para la cámara amateur, resultados finales que no tienen precio.

La inmensa mayoría de los fotógrafos profesionales han tenido unos inicios muy similares: su pasión por la fotografía. De ahí a convertirse en profesionales hay un largo camino. Muchas horas de trabajo, de prueba-error, mucha investigación, mucha formación a partir de las experiencias de otros,… Todo para llegar a un nivel de excelencia que les ha permitido imprimir su sello personal y diferenciador a su trabajo. Sin todo este bagaje previo, sin todo este cúmulo de experiencias, al fotógrafo aficionado sólo le queda copiar, mientras que el fotografo boda profesional podrá dar a su trabajo detalles únicos e irrepetibles.

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Los tempos del fotografo boda

Ya hemos comentado anteriormente la libertad de movimientos que tiene el fotografo boda. Esta libertad le da la capacidad de captar los tempos o ritmos del momento, circunstancia que le permite estar alerta y preparado para cazar ese momento que nos dejará sin palabras. Conseguir romper el hielo con los novios ya en la preboda para que sean espontáneos el día de la boda, captar esos momentos íntimos previos (peluquería, vestido, preparativos…), aislar a los personajes para que den rienda suelta a sus sentimientos,… estas capacidades sólo están al alcance de auténticos profesionales.

El fotografo boda, dominador de la luz

Hay muchas luces, aunque no lo parezca. Sólo la vista aguda del fotografo boda es capaz de captarlas y ponerlas a su disposición. Normalmente vemos sólo la luz existente, pero el fotografo boda es capaz de ver la que no hay, crear la que no existe y eliminar la que no desea, creando realidades inimaginables y moldear momentos para mostrar y ensalzar una magia que de otra manera se perdería irremediablemente.

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El consejo de un fotografo boda

Como fotografo boda profesional, y sin querer hacer corporativismo, os recomiendo que confiéis en nosotros y que antes de tomar una decisión veáis todo lo que os podemos ofrecer.

Intentad evitar los fotógrafos impuestos por Iglesias, Ayuntamientos y restaurantes si es posible, e incluso de los regalos de boda consistentes en un reportaje boda (esto último con mi máximo respeto, ya que alguna vez he sido yo la protagonista de este regalo).

No esperéis al último momento. Todos los reportajes que veis llevan meses de trabajo previo. Las reuniones y la preboda son sólo la antesala a un gran reportaje boda.

Buscad concienzudamente, y sin decir que no miréis el precio, valorad otros aspectos como son el estilo de fotografía con el que os sintáis a gusto, la empatía con el fotógrafo y dejaros llevar por vuestras sensaciones y sentimientos, porque a fin de cuentas de lo que estamos hablando es de dejar constancia del que puede ser uno de los días más importantes de vuestra vida. ¡Porque ese día todo tiene que de salir perfecto!

Sólo una vez hecho todo esto estaréis en condiciones de elegir al que será vuestro fotografo boda. Y la elección será la correcta. No os arrepentiréis.

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